Raíces. Enero 11

La Biblia, devocionales.

 … éstos no tienen raíces…

Lucas 8:13  

Alma mía, examínate esta mañana a la luz de este texto. Recibiste la Palabra con alegría; ella estremeció tus sentimientos y te causó una vívida impresión; pero recuerda: recibir la Palabra con los oídos es una cosa, y aceptar a Jesús en tu alma es otra muy distinta.

Las emociones superficiales se asocian habitualmente con el endurecimiento del corazón, y una impresión vívida de la Palabra no siempre es duradera. En la parábola, una de las simientes cayó sobre un suelo de piedras cubierto por una fina capa de tierra. Cuando la simiente comenzó a echar raíces, la dura piedra obstaculizó su crecimiento, y entonces, gastó su fuerza en empujar el brote verde lo más alto posible, pero al no tener la humedad interior que proviene del alimento de la raíz, la planta se secó. ¿Es este mi caso? ¿He aparentado piedad pero sin tener una vida interior que se correspondiera con ella? El buen crecimiento sucede hacia arriba y hacia abajo al mismo tiempo. ¿Estoy enraizado en sincera fidelidad y amor a Jesús? Si mi corazón permanece endurecido en vez de fertilizado por la gracia, la buena semilla puede germinar durante una estación, pero al final, se secará, porque no puede florecer en un corazón duro que no se haya quebrantado, que no haya sido santificado.

Permíteme que sienta temor de una santidad tan rápida en el crecimiento así como carente de resistencia, semejante a la calabacera de Jonás; permíteme hablar del precio de ser un seguidor de Jesús. Y por encima de todo, permíteme sentir la fuerza de su Santo Espíritu, y entonces, tendré una simiente duradera y resistente en mi alma. Si mi mente permanece tan inflexible como era por naturaleza, el sol de la prueba la quemará, y mi duro corazón ayudará a aumentar terriblemente el calor sobre esa semilla mal cubierta. Entonces, mi religión morirá pronto y mi desesperación será terrible. Por lo tanto, oh, Sembrador celestial, sea yo arado primero, y entonces, la verdad se lance sobre mí y me permita producir una cosecha abundante.


Charles Spurgeon.


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