Y vosotros de Cristo…
1 Corintios 3:23
Eres de Cristo. Eres suyo por donación, porque el Padre te ha dado al Hijo. Eres comprado por sangre, porque Él pagó el precio de tu redención. Eres suyo por dedicación, porque consagraste tu vida a Él. Por parentesco, porque recibiste su nombre y has sido hecho uno de sus hermanos y coherederos.
Cuando el canto de placer de la sirena intente sacarte del camino de la rectitud, responde: «Tu música no puede hechizarme; soy de Cristo». Cuando seas llamado para la causa de Jesús, entrega tus bienes y a ti mismo, porque eres de Cristo. Nunca ocultes lo que profesas. Sé siempre uno de aquellos cuyo comportamiento es cristiano, cuyo discurso es como el del Nazareno, cuya conducta y manera de hablar está tan impregnada del cielo que todos los que te vean sepan que perteneces al Salvador, reconociendo en ti sus rasgos de amor y su semblante de santidad. «¡Soy romano!», era en la antigüedad una razón para ser íntegro; mucho más, entonces, que tu argumento de santidad sea: «¡Soy de Cristo!».
Charles Spurgeon.
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