Plenitud en diversos y muchos sentidos. Enero 27

La Biblia, devocionales.

 Porque de su plenitud tomamos todos…

Juan 1:16

Estas palabras nos dicen que existe una plenitud en Cristo. Hay una plenitud de deidad esencial pues «en Ă©l habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad». Hay una plenitud de humanidad perfecta pues en Él, corporalmente, Dios ha sido revelado. Hay una plenitud de expiaciĂłn eficaz en su sangre porque «la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado». Hay una plenitud de rectitud justificada en su vida, porque «ninguna condenaciĂłn hay para los que están en Cristo JesĂşs». Hay una plenitud de prevalencia divina en su ruego, «por lo cual puede tambiĂ©n salvar perpetuamente a los que por Ă©l se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos». Hay una plenitud de victoria en su muerte pues por ella, destruyĂł a aquel que tenĂ­a el poder de la muerte; es decir, al diablo. Hay una plenitud de eficacia en su resurrecciĂłn de la muerte pues por ella, «nos hizo renacer para una esperanza viva». Hay una plenitud de triunfo en su ascensiĂłn pues «subiendo a lo alto, llevĂł cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres». Hay una plenitud de bendiciones de todos los tipos y formas; una plenitud de gracia para perdonar, de gracia para regenerar, de gracia para santificar, de gracia para preservar y de gracia para perfeccionar. Hay una plenitud todo el tiempo; una plenitud de consuelo en la aflicciĂłn, una plenitud de orientaciĂłn en la prosperidad. Una plenitud en todos los atributos divinos, de sabidurĂ­a, de poder, de amor; una plenitud imposible de enumerar, mucho menos de explorar; «por cuanto agradĂł al Padre que en Ă©l habitase toda plenitud».

¡Ah, quĂ© plenitud debe de ser esa que lo recibe todo! Plenitud, en verdad, debe haber cuando el rĂ­o está siempre fluyendo, y asĂ­, la fuente brota tan libre, rica y abundante como nunca. Ven, cristiano, y toma toda la provisiĂłn que necesites. Pide mucho y recibirás en abundancia, pues esta plenitud es inagotable y está guardada donde todos los necesitados pueden alcanzarla: en JesĂşs, Emanuel, Dios con nosotros.


Charles Spurgeon.


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