Diversos modos de librarse. Enero 24

 Él te librará del lazo del cazador…

Salmo 91:3 

Dios libra a su pueblo del lazo del cazador en dos sentidos: los previene y los saca. Primero, los libra del lazo, no permite que entren en él. Y en segundo lugar, si llegaran a ser atrapados, Él los saca. La primera promesa es la más preciosa para algunos; la segunda es la mejor para otros. «Él te librará del lazo». ¿Cómo? Un problema es, muchas veces, el medio que Dios usa para prevenirnos. Él sabe que nuestro desvío pronto dará como resultado nuestra destrucción, y en su misericordia, envía la vara. Decimos: «Señor, ¿por qué pasa esto?», sin saber que el problema fue el medio de librarnos de un mal mucho peor.

Muchos han sido salvados de experimentar la ruina por medio de tristezas y cruces, las cuales han alejado las aves de la red. En otros momentos, Dios mantiene a su pueblo prevenido del lazo del cazador, dándole gran fuerza espiritual de forma que, cuando venga la tentación a hacer el mal, pueda decir: «¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?». ¡Pero qué bendición es que si el cristiano, en una hora mala, es atrapado en la red, aun así, Dios lo saca de ella!

Oh, creyente apartado, desanímate pero no pierdas la esperanza. Aunque hayas andado perdido, escucha a tu Redentor decirte: «Vuelve, hijo desviado; tendré misericordia de ti». Pero tú dices que no puedes volver porque eres un prisionero. Entonces, escucha la promesa: «Él te librará del lazo del cazador». Ya has sido librado de todo el mal en el que has caído, y aunque nunca dejes de arrepentirte de tus caminos, Aquel que te amó nunca te rechazará; te recibirá y te dará júbilo y alegría, para que tus huesos rotos puedan regocijarse. Ningún ave del paraíso morirá en el lazo del cazador.


Charles Spurgeon.