Dejemos nuestra carga al pie de la Cruz. Febrero 01

La Biblia, devocionales.

 Y cantarán de los caminos del Señor…

Salmos 138:5

El momento en que los creyentes comienzan a cantar de los caminos del Señor es cuando por primera vez se libran de su carga a los pies de la cruz. Ni siquiera los cánticos de los ángeles parecen tan dulces como el primer cántico de pasión que brota de lo más íntimo del alma del hijo de Dios perdonado. Ya sabes cómo lo describe John Bunyan. Dice que cuando el pobre Peregrino se libra de su carga en la cruz, da tres grandes saltos y sigue su camino cantando:  ¡Bendita cruz! ¡Bendita tumba! ¡Bendito debe de ser el Hombre que allí por mí avergonzado fue!

Cristiano, ¿recuerdas el día en que cayeron tus grilletes? ¿Recuerdas el lugar donde Jesús te encontró y te dijo: «Con amor eterno te he amado»; «yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados»; «todas las transgresiones que cometiste, no te serán recordadas»? ¡Oh, qué dulce momento es cuando Jesús quita el dolor del pecado!

Cuando el Señor perdonó mi pecado por primera vez, me puse tan contento que apenas pude evitar danzar. En el camino desde la casa donde había sido liberado hasta la mía, pensé que debía contarles a los adoquines de la calle la historia de mi liberación. Mi alma estaba tan repleta de alegría que quería hablarle a cada copo de nieve que caía del cielo sobre el maravilloso amor de Jesús que había borrado los pecados de uno de los mayores rebeldes.

Pero no es solo en el comienzo de la vida cristiana cuando los creyentes tienen motivos para cantar; mientras viven, descubren razones para cantar en los caminos del Señor, y la experiencia de su benignidad constante los lleva a decir: «Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca». Asegúrate, hermano, de engrandecer al Señor hoy. Mientras andemos en esta tierra desierta, las nuevas misericordias canciones nuevas demandarán.


Charles Spurgeon.


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