Oseas 3:1
Creyente, echa una mirada retrospectiva a través de tu
experiencia y recuerda el camino del desierto por el cual el Señor te guio. Considera cómo te
ha alimentado y vestido todos los días, cómo soportó tu mala conducta, cómo
sufrió tus murmuraciones y tus ansias por las ollas de Egipto, cómo abrió la
roca para satisfacer tu sed y cómo te alimentó con el maná que descendió del
cielo. Piensa cómo su gracia te bastó en tus tribulaciones, cómo su sangre te
limpió de todo pecado y cómo su vara y su cayado te infundieron aliento. Cuando
hayas considerado el amor que Dios te tuvo en el pasado, procura entonces que
la fe te haga ver el amor que te tendrá en el futuro, pues, recuerda, el pacto
y la sangre de Cristo tienen en sí algo más que el pasado.
Alma, ¿no reaviva esto tu amor? ¿No te induce a amar a Jesús? Un vuelo a través del ilimitado espacio del éter del amor, ¿no inflama tu corazón y te impulsa a deleitarte en el Señor tu Dios? A medida que meditamos en "el amor de Jehová" nuestros corazones arden en nosotros y ansiamos amarlo más.
Charles Spurgeon.
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