Juan 13:13
Nuestro Señor nunca insiste en ejercer autoridad sobre nosotros. No dice: "Te someterás a mí". Él nos deja completamente libres; tan libres, que podríamos escupirle la cara, o darle muerte como otros lo han hecho y nunca diría una palabra. Pero, cuando en mí se ha creado la vida de Él por medio de su redención, de inmediato reconozco su derecho a una absoluta autoridad sobre mí. Es un dominio moral: "Señor, digno eres", Apocalipsis 4:11. Solo lo indigno en mí se niega a inclinarse o someterse ante el único que es digno. Cuando me encuentro con alguien que es más santo que yo y no reconozco su dignidad ni obedezco sus instrucciones, estoy revelando lo que es indigno en mí. Dios nos educa por medio de las personas que son un poco mejor que nosotros, no intelectualmente, sino más santas. Y continúa haciéndolo hasta que voluntariamente nos sometemos y, entonces, nuestra vida se caracteriza por una actitud de completa obediencia a Él.
Oswald Chambers
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