Ganando batallas engrandecidos con su fuerza. Julio 21

La Biblia, devocionales.

 “Detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén”.

Isaías 37:22 

Tranquilizados por la Palabra del Señor, los temblorosos ciudadanos de Sion se animaban y meneaban sus cabezas ante las jactanciosas amenazas de Senaquerib. La fe firme capacita a los siervos de Dios a mirar con desprecio indiferente a sus enemigos más altaneros. Nosotros sabemos que nuestros enemigos están intentando imposibilidades. Procuran destruir la vida eterna, que, en verdad, mientras Jesús viva no puede morir; quieren derribar la ciudadela, contra la cual no prevalecerán las puertas del infierno. Dan coces contra los aguijones para su propio mal y acometen contra el escudo de Jehová para daño de ellos mismos.

Conocemos la debilidad de nuestros enemigos. ¿Qué son ellos sino hombres? ¿Y qué es el hombre sino un gusano? Ellos braman y se hinchan como las olas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones. Cuando se levante el Señor, volarán como el tamo delante del viento, y serán consumidos como crepitantes espinas. Su entera impotencia para perjudicar la causa de Dios y su verdad, hace que los más débiles soldados de las filas de Sion se rían de ellos con desdén.

Sobre todas las cosas sabemos que el Altísimo está con nosotros; y cuando él vista sus armas, ¿dónde estarán sus enemigos? Cuando él salga de su lugar, los tiestos de la tierra no querrán contender con su Hacedor. Su vara de hierro los hará pedazos como una vasija de alfarero, y la memoria de ellos desaparecerá de la tierra. Afuera, pues, todos los temores; en las manos del Rey el reino está seguro. Demos voces de júbilo, pues el Señor reina.  

Tremolando se divisa
El marcial pendón, 
Y se escuchan de las trompas
El guerrero son;  

En el nombre del que viene, 
Fuerte capitán,
Rotos nuestros enemigos 
Todos quedarán. 


Charles Spurgeon.


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