Salmo 39:12
Sí, oh Señor, extranjero contigo, pero no a ti. Tu gracia ha quitado todo mi alejamiento de ti; y ahora, en comunión contigo, ando por este mundo pecador como un peregrino en país extraño. Tú eres un extranjero en tu propio mundo. El hombre te olvida, te deshonra, establece nuevas leyes y extrañas costumbres y no te conoce. Cuando tu querido Hijo vino a los suyos, los suyos no le recibieron. El estaba en el mundo y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció. Nunca extranjero alguno fue tan extraño entre los ciudadanos de cualquier país como lo fue tu Amado Hijo entre los hermanos de su madre.
¡Oh qué gozo es andar en tan bendita compañía! Mi corazón arde dentro de mí en el camino mientras me hablas, y aunque soy un peregrino, soy sin embargo más feliz que los que se sientan en tronos, y me siento mucho más cómodo que los que habitan en casas lujosas.
A cualquier parte sin temor iré
si Jesús dirige mi inseguro pie;
sin su compañía todo es pavor,
mas si él me guía no tendré temor.
Con Jesús por guía donde quiera voy;
caminando en pos de él seguro estoy.
Y aunque padre y madre me pueden faltar
Jesucristo nunca me abandonará.
Charles Spurgeon.
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