"Amarás a tu prójimo".
Mateo 5:43
"Ama a tu prójimo". Quizás él esté nadando en las riquezas y tú seas pobre y vivas en tu choza, que está precisamente al lado de su mansión señorial; ves todos los días sus lujos, sus linos finos y sus espléndidos banquetes. Dios le ha dado esos favores; no codicies sus riquezas ni pienses mal de él. Conténtate con tu propia suerte si no puedes mejorarla; pero no te fijes en tu prójimo, deseando que él sea como tú. Ámalo, y entonces no lo envidiarás. Quizás, por otra parte, tú seas rico y residas cerca de un pobre. No te avergüences de llamarlo prójimo. Reconoce que estás obligado a amarlo.
Probablemente tú digas: "Yo no puedo amar a mi prójimo porque en pago de todo el bien que le hago me devuelve ingratitud y desprecio". Si es así, eso te da un motivo aún mayor para el heroísmo del amor. ¿Prefieres ser un soldado mimado en lugar de estar dispuesto a soportar la ruda batalla del amor?
El que se atreva a hacer más, ganará más. Si tus sendas de amor fueren ásperas, transítalas con valentía, amando a tus prójimos a pesar de todo. Amontona ascuas de fuego sobre sus cabezas, y si tus prójimos son difíciles de conformar, procura agradar no a ellos sino a tu Maestro; y recuerda que si ellos desprecian tu amor, tu Maestro no lo desprecia, y tu obra es tan aceptable delante de él como si hubiese sido aceptable delante de ellos. Ama a tu prójimo, porque haciéndolo así, estás siguiendo las huellas de Cristo.
Charles Spurgeon.
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