Jonás 2:10
La salvación es obra de Dios. Él sólo es quien vivifica al alma que está “muerta en sus delitos y pecados” y quien, además, la sostiene en la vida espiritual. Él es el Alfa y la Omega. “La salvación pertenece a Jehová”. Si soy una persona afecta a la oración, es Dios quien me da esa inclinación. Si estoy revestido de dones, es porque el Señor me los dio. Si mantengo una vida consecuente es porque él me sostiene con su mano. Nada hago yo para mi propia preservación fuera de lo que Dios obra primero en mí. Cualquier cosa que yo tenga, todo pertenece al Señor. Lo único que es propiamente mío es el pecado. Pero si hago algo recto, ese algo es de Dios entera y completamente. Si he rechazado a algún enemigo espiritual, es porque Dios fortaleció mi brazo.
Sin Jesús nada puedo hacer. Como un pámpano no puede llevar fruto si no estuviere en la vid, tampoco yo puedo hacerlo si no permanezco en él. Que lo que Jonás aprendió en las profundidades, lo aprenda yo esta mañana en mi cámara secreta: “La salvación pertenece a Jehová”.
Charles Spurgeon.
0 Comentarios