Dios de toda consolaciĆ³n. Febrero 20

La Biblia, devocionales.

 "Dios, que consuela a los humildes".

2 Corintios 7:6 

¿Y quiĆ©n consuela como Ć©l? Ve a algĆŗn melancĆ³lico y angustiado hijo de Dios; comunĆ­cale dulces promesas y pon en sus oĆ­dos selectas palabras de consuelo; Ć©l serĆ” ante ellas como una serpiente sorda que no responde a la voz del encantador, aunque Ć©ste trate de encantarla mĆ”s sutilmente que nunca. El estĆ” bebiendo ajenjo y hiel. Trata de consolarlo como quieras, lo Ćŗnico que conseguirĆ”s serĆ” una o dos notas de lastimera resignaciĆ³n. No lograrĆ”s sacar de Ć©l ningĆŗn salmo de alabanza, ninguna aleluya y ningĆŗn soneto de gozo. Pero deja que se le acerque Dios y le levante el rostro, y entonces los ojos del afligido brillarĆ”n de esperanza. ¿No lo oyes cantar?: "Si tĆŗ estĆ”s aquĆ­ esto es un paraĆ­so; si te vas, es un infierno".

TĆŗ no pudiste alegrarlo, pero el SeƱor lo ha hecho. "El es el Dios de toda consolaciĆ³n". No hay bĆ”lsamo en Galaad, pero sĆ­ lo hay en Dios. No hay mĆ©dico entre las criaturas, pero el Creador es JehovĆ”-rapha. ¡Es maravilloso ver cĆ³mo una palabra de Dios hace cantar al cristiano! Una palabra de Dios es igual a un pedazo de oro; el cristiano es el batidor de ese oro, y puede machacar esa palabra de promesa por semanas enteras. Siendo asĆ­, pobre cristiano, no necesitas echarte a la desesperaciĆ³n. Ve al Consolador y pĆ­dele que te dĆ© consolaciĆ³n.

TĆŗ eres un pobre pozo seco. Has oĆ­do decir que cuando una bomba se seca, debes, ante todo, echarle agua, y entonces ella a su vez te darĆ” agua. Y asĆ­, cristiano, cuando estĆ©s seco, ve a Dios, pĆ­dele que derrame en tu corazĆ³n abundante gozo, y entonces tu gozo serĆ” cumplido. No vayas a los amigos terrenales, porque, despuĆ©s de todo, hallarĆ”s en ellos a los consoladores de Job; pero ve primero y ante todo a tu "Dios, que consuela a los humildes", y pronto dirĆ”s: "En la multitud de mis pensamientos dentro de mĆ­, tus consolaciones alegran mi alma". 


Charles Spurgeon.


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