Mateo 28:18-20
La clave para la obra del misionero es la autoridad de Jesucristo, no la necesidad de los perdidos. Tenemos la inclinaciĂłn a considerar al Señor como nuestro asistente en las actividades que emprendemos para Dios. Pero Él se declara como el absoluto, soberano y supremo Señor sobre sus discĂpulos. No dice que los perdidos se condenarán si no vamos. Dice sencillamente: "Por tanto, id y haced discĂpulos de todas las naciones". Dice: "Id, apoyados en la verdad revelada de mi soberanĂa; enseñen y prediquen basados en la experiencia viva que han tenido conmigo".
"Pero los once discĂpulos se fueron... al monte donde JesĂşs les habĂa ordenado", Mateo 28:16. Si quiero conocer la soberanĂa universal de Cristo, debo conocerlo a Él personalmente. Debo tomar tiempo para adorar al Ser cuyo nombre llevo. JesĂşs dice: "Venid a mĂ" y ese es el punto de encuentro con Él. ¿Estás trabajado y cargado? ¡Muchos misioneros lo están! Pasamos completamente por alto estas maravillosas palabras del Soberano universal, pero son las palabras de JesĂşs para sus discĂpulos aquĂ y ahora.
"Por tanto, id". Ir simplemente quiere decir vivir. Hechos 1:8 es la descripciĂłn sobre cĂłmo ir. JesĂşs no dijo en este versĂculo: "Id a JerusalĂ©n, a Judea y a Samaria", sino "Me serĂ©is testigos en todos estos lugares". Él se hace cargo del trabajo de enviarnos.
"Si permanecĂ©is en mĂ y mis palabras permanecen en vosotros", Juan 15:7. Esta es la manera de seguir andando. Es indiferente dĂłnde nos coloca, porque en su soberanĂa Dios dispone nuestras "idas".
"Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibà del Señor", Hechos 20:24. Esa es la manera de seguir andando hasta que nos vayamos de esta vida.
Oswald Chambers.
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