Hebreos 10:24-25
Todos tenemos la capacidad de ser unos perezosos espirituales: Queremos permanecer fuera de los caminos tortuosos de la vida y nuestro objetivo principal es asegurarnos un refugio pacĂfico lejos del mundo. La idea que expresan estos versĂculos de Hebreos 10 es la de estimularnos unos a otros y reunirnos. Ambas acciones requieren iniciativa, es decir, nuestra disposiciĂ³n a dar el primer paso para exaltar a Cristo y no a nosotros mismos. Una vida distante y solitaria es totalmente opuesta a la espiritualidad que Jesucristo enseĂ±Ă³.
"Tengo por justo, dijo Pedro, despertaros con amonestaciĂ³n", 2 Pedro 1:13. Resulta muy perturbador recibir un golpe en el estĂ³mago por parte de algĂºn "estimulador" de Dios, alguien que estĂ¡ lleno de actividad espiritual. El trabajo activo y la actividad espiritual no son lo mismo. El trabajo activo puede ser realmente una falsificaciĂ³n de la actividad espiritual. El peligro de la pereza es que no queremos ser estimulados, pues solo queremos oĂr hablar del retiro espiritual. Sin embargo, Jesucristo nunca estimula la idea del aislamiento. Él dice: "Id, dad las nuevas a mis hermanos...", Mateo 28:10.
Oswald Chambers.
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