"No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber,
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir",
Mateo 6:25
Jesús redujo a incredulidad las preocupaciones racionales de un discípulo. Si hemos recibido al Espíritu Santo, Él se abrirá paso en nuestra vida y nos dirá: "Ahora bien, ¿dónde entra Dios en esas relaciones, en las vacaciones que has planeado, o en esos nuevos libros que quieres leer?” Él siempre insiste en el asunto hasta que aprendemos a tomar en cuenta a Dios antes que a nada. Siempre que le damos el primer lugar a otras cosas, hay confusión.
La palabra más grande de Jesús a sus discípulos es abandónense.
Oswald Chambers.
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