Juan 14:9
El Señor debe asombrarse de nosotros una y otra vez por nuestra falta de sencillez. Nuestras opiniones personales son las que nos vuelven torpes y lentos para entender. Sin embargo, cuando somos sencillos, nunca somos necios y constantemente tenemos discernimiento. Felipe esperaba la revelación de un misterio extraordinario, pero no en Jesús, la persona a quien creía conocer. El misterio de Dios no radica en lo que sucederá en el futuro, sino que es presente, aunque nosotros lo buscamos en un futuro cercano, en un acontecimiento sobrecogedor y trascendental.
"No se turbe vuestro corazón", Juan 14:1, 27. ¿Estoy hiriendo a Jesús al permitir que mi corazón se turbe? Si creo en Él y en sus atributos, ¿vivo de acuerdo con mis creencias? ¿Permito que algo perturbe mi corazón, o le doy cabida a preguntas malsanas? Debo llegar a una relación plena, sin restricciones, que reciba todo tal como venga de Él. Dios jamás nos guía para un futuro cercano, sino que siempre nos guía ahora. Comprende que el Señor se encuentra aquí, ahora, y recibirás libertad inmediata.
Oswal Chambers.
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