Juan 16:32
En este pasaje Jesús no estaba reprendiendo a los discípulos. La fe de ellos era verdadera, pero desordenada y desenfocada, y no obrando en las realidades importantes de la vida. Los discípulos se habían dispersado hacia sus propios intereses, los cuales estaban alejados de Jesucristo.
"Y me dejaréis solo". ¿Hemos sido esparcidos y dejamos solo a Jesús por no ver su cuidado providencial para nosotros? ¿No lo vemos obrando en nuestras circunstancias? Vendrán tiempos oscuros por causa de la soberanía de Dios. ¿Estamos preparados para dejar que Él haga lo quiera con nosotros, para ser separados de sus bendiciones externas y evidentes? Mientras Jesucristo no sea verdaderamente nuestro Señor, todos atendemos nuestras metas personales. Nuestra fe es real, todavía no es permanente. Y Dios nunca está de afán. Si esperamos, veremos que Él nos hace notar que hemos estado interesados solamente en sus bendiciones y no en Él mismo. El sentido de la bendición de Dios es fundamental.
"...Confiad, yo he vencido al mundo", Juan 16:33. Entereza espiritual es lo que necesitamos.
Oswal Chambers.
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