Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios",
Romanos 6:9-11, LBLA
Vida eterna con Él. La vida eterna es la vida que Jesucristo mostró en el nivel humano. Y esta misma vida, no una copia de ella, es la que se manifiesta en nuestra carne mortal cuando nacemos de nuevo. La vida eterna no es un regalo de parte de Dios, es el regalo de Él mismo. La energía y el poder que fueron tan evidentes en Jesús se manifestarán en nosotros por un acto exclusivo de la gracia soberana de Dios, cuando hayamos tomado la decisión moral acerca del pecado.
Hasta el santo más débil puede experimentar el poder de la deidad del Hijo de Dios, si está dispuesto a "soltar" y no "retener". Pero cualquier vestigio de nuestra propia energía únicamente hará borrosa la vida de Jesús en nosotros. Debemos continuar soltando y poco a poco, aunque con toda seguridad, la vida plena y magnífica de Dios se extenderá por todo rincón de nuestro ser. Entonces, los hombres comprenderán que hemos estado con Jesús.
Oswal Chambers.
0 Comentarios