2 Timoteo 4:2
No somos salvos únicamente para ser instrumentos o canales de Dios, sino sus hijos e hijas. Él no te convierte en una especie de "médium", sino en un mensajero espiritual y lo que tú comunicas debe ser parte de ti. El mensaje del Hijo de Dios era Él mismo y sus palabras fueron espÃritu y vida (Juan 6:63). Como sus discÃpulos, nuestra vida debe ser un ejemplo santo de la realidad de nuestro mensaje. Hasta el corazón natural del inconverso podrá prestar cualquier servicio, si se le llama a hacerlo. Pero se necesita el corazón quebrantado por la convicción de pecado, bautizado por el EspÃritu Santo y rendido en sumisión a los propósitos divinos para que la vida de una persona sea un ejemplo santo del mensaje de Dios.
PermÃtele a Dios tener perfecta libertad en tu vida cuando hables. Antes de que el mensaje divino pueda liberar a otras personas, su liberación debe ser real en ti. Reúne el material que necesitas para hablar y luego deja que Dios haga arder tus palabras para su gloria.
Oswal Chambers.
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