Mi dedicaciĆ³n continua a escuchar. Febrero 13

La Biblia, devocionales.

"...habla, que tu siervo escucha",

1 Samuel 3:10

El hecho de haber escuchado con cuidado y atenciĆ³n algo que Dios me haya hablado no garantiza que voy a prestarle atenciĆ³n a todo lo que Ɖl dice. La insensibilidad de mi mente y corazĆ³n hacia lo que Dios habla pone en evidencia que no lo amo ni lo respeto. Si amo a un amigo, automĆ”ticamente entenderĆ© lo que Ć©l quiere; y JesĆŗs dijo: "Vosotros sois mis amigos...", Juan 15:14. ¿DesobedecĆ­ algĆŗn mandamiento de mi SeƱor esta semana? Si hubiera comprendido que era un mandamiento de JesĆŗs, yo no lo hubiera desobedecido de manera consciente. Pero la mayorĆ­a de nosotros demostramos una falta de respeto tan grande hacia Dios que ni siquiera lo escuchamos. Mejor serĆ­a que nunca nos hubiera hablado.

La meta de mi vida espiritual es que me identifique tanto con Jesucristo que siempre escuche a Dios y sĆ© que Ɖl siempre me oye (Juan 11:41). Si estoy unido a Jesucristo, le prestarĆ© atenciĆ³n a Dios todo el tiempo mediante mi fervor y dedicaciĆ³n a escuchar. Una flor, un Ć”rbol o un siervo del SeƱor pueden transmitir el mensaje divino para mi vida. Estar ocupado en otras cosas es lo que me impide oĆ­r. No es que me rehĆŗse a escuchar a Dios, sino que mi consagraciĆ³n no estĆ” bien ubicada. Me dedico a las cosas, al servicio, a mis propias convicciones y Dios puede decir lo que quiera, pero simplemente no lo escucho. La actitud de un hijo de Dios siempre debe ser: "Habla, que tu siervo escucha". Si no he desarrollado y alimentado la devociĆ³n continua a escuchar, solamente puedo oĆ­r la voz de Dios algunas veces; y en otras ocasiones me vuelvo sordo a Ɖl porque mi atenciĆ³n se encuentra en las cosas - las cosas que pienso que debo hacer. Esto, en realidad, no es vivir como un hijo de Dios. ¿Has escuchado hoy su voz?


Oswald Chambers.

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